Es un hecho que las pymes se enfrentan en su actividad empresarial al absentismo laboral, siendo uno de sus principales problemas. Afecta negativa y directamente a su productividad y por tanto también afecta a su cuenta de resultados. Es independiente del tamaño de la pyme, la experiencia nos dice que el absentismo se produce tanto en empresas con pocos empleados como en empresas de mayor tamaño, pero las consecuencias que se nos transmiten son comunes.
Existen diferentes tipos de absentismo laboral:
El absentismo justificado: El trabajador avisa a la empresa de su ausencia, que puede estar motivada por enfermedad, incapacidad temporal, permisos retribuidos o permisos por asuntos propios no retribuidos.
No justificado: la no asistencia al trabajo se produce de forma repentina y sin previo aviso a la empresa, así como el abandono del puesto de trabajo.
El llamado absentismo virtual: el trabajador acude a su puesto de trabajo pero la mayor parte del tiempo la dedica a tareas ajenas.
Cuando el absentismo es justificado, el trabajador tiene la obligación de seguir aquél tratamiento que se le haya prescrito y seguir las indicaciones para su mejora y recuperación, no pudiendo realizar actividades que contravengan dicha recuperación ni por supuesto dedicar el tiempo, en el caso de la incapacidad temporal, al trabajo en sitio distinto a su empresa. Si la empresa tiene sospechas de que el absentismo no está justificado porque se está produciendo un fraude, en virtud de los artículos 20.3 y 20.4 del Estatuto de los Trabajadores que faculta a la empresa a realizar un control sobre el trabajador, debe contratarse un detective privado que realice la investigación oportuna. Mediante seguimientos, vigilancias y otras técnicas de investigación, se verificará si el trabajador realiza actividades incompatibles con su situación.
En el caso del absentismo virtual, también la empresa puede acogerse a los artículos mencionados, además de que el trabajador no debe quebrantar la buena fe contractual. Tanto en el caso de trabajos físicos o tareas que implican desplazamientos como en el caso de empleados que trabajan con herramientas informáticas, dentro o fuera de la empresa, es posible mediante diferentes medios, realizar un control sobre sus actividades de forma que pueda comprobarse cuál es el rendimiento real.
Estas medidas de investigación mediante la contratación de un detective privado, tienen como objetivo combatir el fraude y atajar el coste económico y productivo al que se ve sometida una empresa que tiene estos casos entre su plantilla. El proceso es sencillo y los resultados ampliamente beneficiosos para la empresa con la validez legal del informe de investigación emitido, que constituye prueba y es ratificado en los Juzgados, en este caso de lo Social.
