Existe un eterno debate entre los detectives acerca de si deberíamos poder portar armas o no. No es un asunto sencillo de decidir y dentro del propio colectivo hay voces a favor o en contra que abogan tanto por el derecho de autodefensa de los investigadores como del peligro que las armas pueden entrañar.
El trabajo de los detectives privados profesionales conlleva que en ocasiones nos veamos involucrados en situaciones de riesgo que ponen en peligro nuestra seguridad. Es por ello que algunos profesionales insisten en que deberíamos, al menos, tener derecho a portar armas si lo creemos necesario. Obviamente, la decisión final de llevarlas o no dependería de cada profesional pero se aboga por el derecho a que cada uno pueda tomar esta decisión.
Por otra parte, otras voces del colectivo consideran que los civiles no tienen permiso para llevar armas por buenas razones y que si se extendiera el uso de las mismas podría derivar en más accidentes trágicos vinculados a las armas de fuego, como es el caso de EEUU donde los tiroteos entre civiles cada vez son más habituales.
Claro está que no se pide que se den permisos de armas a toda la sociedad, sino en concreto a los detectives privados con licencia por la peligrosidad que puede entrañar la profesión para nuestra persona. El problema es que las situaciones de nerviosismo y confusión pueden acabar con consecuencias trágicas si hay armas de fuego de por medio.
Por otra parte, está el tema de la formación y es que es lógico que si un profesional puede llevar armas debería tener la formación pertinente para utilizarlas adecuadamente y en los casos en que realmente se requiera. Para lógico entonces también que un cambio en la normativa debería implicar también una modificación de la formación para que los detectives tuviéramos la capacidad de utilizar correctamente las armas.
Como decíamos, no es un tema sencillo y en este asunto hay tanto partidarios como detractores, por lo que habrá que esperar para ver como se resuelve finalmente este debate.
