La Grafoscopía, también conocida como pericia caligráfica, es una técnica auxiliar de la Grafología y la Documentoscopia (auxiliando a la criminalística) que se encarga de realizar el estudio de los grafismos con el fin de averiguar su origen y el posible autor, además de averiguar falsificaciones. Se centra en analizar de forma comparativa dos o más elementos, teniendo en cuenta las características de la escritura, los factores gráficos o los elementos grafoscópicos que se observan tanto en la escritura cuestionada y en la que no lo es (dubitada e indubitada). Es una técnica muy útil en el campo de la investigación criminal.
La Grafoscopía trata de determinar quién ha hecho una determinada firma o ha escrito un texto en base a las características propias de las letras empleadas y sometidas a una escrupulosa investigación.
Estas funciones se llevan a cabo partiendo de técnicas contrastadas, primando la observación de sus características constitutivas, estructurales, morfológicas y particularismos de detalle o también conocidos como “gestos tipo”.
Los fundamentos de esta ciencia están basados en lo que se conocen como “Leyes de la Escritura o Principios Generales” (son las encargadas de interpretar todas las formas de escritura), siendo ratificados por numerosos autores. Partimos de que la escritura es individual e inconfundible, no existiendo dos grafismos iguales. Una prueba de ello es el principio que formula el autor Saudek, eminente grafólogo checo: “Nadie es capaz de fingir al mismo tiempo estos cinco elementos del grafismo: riqueza-variedad de formas, dimensión, enlaces, inclinación y presión”.
Destaca también el autor Edmond Solange Pellat, el cual definió cuatro leyes básicas en su obra “Las leyes de la escritura”, siendo estas las siguientes:
La grafoscopía se centra en seis aspectos fundamentales en la escritura, siendo estos:
Puede ayudar a un detective privado a una mayor credibilidad de la prueba aportada en un proceso judicial, por ello ha adquirido una gran importancia dentro de este ámbito. Su objetivo fundamental consiste en aumentar el conocimiento de la autoridad judicial sobre una cuestión que es importante para la resolución del proceso, pero sin influir para nada en la decisión que posteriormente pueda tomar el juez o tribunal, simplemente dándole más firmeza a la prueba testifical.
Lo ideal, es combinar las diferentes técnicas existentes ya que suelen ofrecer un mejor resultado. Además de, a través de la grafoscopía, identificar quién es el autor, también será muy útil, por ejemplo, conocer cuánto tiempo lleva escrito, ofreciéndonos este dato las técnicas de la documentoscopia.
Algunas de las situaciones en las que un detective privado tendría que optar por un riguroso análisis grafoscópico podrían ser, por ejemplo, la falsificación de una baja médica en la que se alargue la duración de la baja e incluso la firma del médico. Así, hay casos en los que hemos intervenido donde se juzgaba a tres hermanos por un delito de falsedad documental, ya que para conseguir una prestación por incapacidad permanente partieron de la falsificación de un parte médico (médico cómplice).
También otro caso judicializado que podemos citar es aquel que analizamos en las prácticas curriculares, donde un médico falsificaba dos informes de actividad y el parte del turno diario, figurando como médico en el horario nocturno cuando en verdad se había encargado de ello otro compañero.
El entorno laboral es uno de los ámbitos más solicitados en el campo de la investigación privada.
Un dato a tener en cuenta es que, como es evidente, un documento que resulta fotocopiado no posee el mismo valor que uno original por lo que además de dejarlo reflejado en el informe de investigación, será necesario centrarse en conocer la autoría de la firma, por ejemplo, ya que estudiar la autenticidad del documento en sí no es relevante ya que es una mera fotocopia.
– Casos concretos en los que se usa la grafoscopía:
