Los detectives privados también nos hemos adaptado a la nueva realidad surgida tras la invasión de las redes sociales para sacarles partido como una herramienta más para nuestro trabajo.
Así, no solo podemos investigar posibles actos que se han llevado en estas plataformas, sino que también las podemos utilizar para extraer información de personas objeto de nuestra investigación.
Las redes sociales son útiles, por ejemplo, en las investigaciones de fraudes laborales en las que el objetivo puede haber estafado a una empresa con una baja fingida. Muchas personas suelen cometer el error de publicar más información de la que deben en estas circunstancias, como fotos estando en situaciones de ocio cuando se supone que están de baja. Gracias a plataformas como Facebook, los detectives podemos obtener pruebas que después trasladamos a nuestros clientes.
También son una buena herramienta en las investigaciones de infidelidades ya que a partir de las publicaciones que se hacen en las redes se pueden obtener indicios de posibles relaciones que orientarán la investigación.
Por otra parte, también se puede dar el caso de que la investigación sea sobre un delito o situación que se ha llevado a cabo precisamente en las redes sociales, como puede ser el acoso o cyberbulling. Las víctimas suelen sufrir también esta situación en las redes y los detectives recopilamos toda la información que podamos en ellas para que nuestros clientes tengan pruebas en caso de que quieran denunciar a su acosador.
La manera de comunicarse de la sociedad va cambiando con el tiempo y los detectives privados no podemos ser ajenos a estos cambios. No solo hay que saber adaptarse a ellos, sino también tratar de aprovecharlos a nuestro favor para cumplir con éxito nuestras investigaciones.
