El “alquiler vacacional” o el subarrendamiento con un objetivo turístico está en auge en España, sobre todo desde la aparición de operadores como AIRBNB.
Es frecuente que terceros alquilen o acuerden el arrendamiento de un inmueble con el objetivo de subarrendarlo sin consentimiento del propietario.
En España los alquileres están regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos, conocida como LAU que regula, entre otras cosas, la duración del alquiler de cualquier inmueble es decir, podemos arrendar nuestro inmueble por días, por meses o bien por años. Sin embargo, hoy en día la principal preocupación del arrendador es asegurarse el cobro de la renta, no prestando demasiada atención a las condiciones contractuales y a la regulación legal.
Según indica la LAU los alquileres vacacionales se distinguen de un alquiler convencional en la oferta de servicios secundarios como, por ejemplo, servicios de limpieza, transporte, etc…
Ahora bien, ¿qué sucede cuando alquilas tu inmueble a un tercero y este lo subarrienda para alquiler vacacional o turístico sin tu consentimiento?
Imaginemos que una persona alquila un inmueble formalizándose un contrato de arrendamiento entre arrendador y arrendatario. Ambas partes acuerdan que ese inmueble sea la vivienda habitual del arrendatario, dejando constancia escrita de que no es posible el subarrendamiento bajo ningún concepto. Este sería un contrato usual de arrendamiento.
Ahora bien, a veces ocurre que el arrendatario contraviniendo el contrato firmado no usa el inmueble alquilado como vivienda habitual, sino que decide subarrendarlo como un alquiler vacacional o piso turístico, infringiendo el contrato de arrendamiento.
Tu como arrendatario puedes tener sospechas o conocimiento de ese subarrendamiento vacacional, pero para denunciar esta situación necesitas verificarla y aquí es donde entra en juego la figura del detective privado.
El primer objetivo del detective privado será acreditar que ese inmueble no constituye la vivienda habitual de la persona que alquilo la vivienda y que figura en el contrato de arrendamiento. Una vez se ha demostrado que la persona que alquilo la vivienda no vive en el inmueble tenemos la mitad del trabajo hecho.
La segunda parte consiste en demostrar que ese inmueble está siendo subarrendado como “alquiler vacacional” sin el consentimiento del propietario, infringiendo así el contrato de arrendamiento firmado previamente.
En el mejor de los casos, el propietario no tendrá problemas para recibir el pago mensual, pero nos hemos encontrado casos que ya desde el momento de la firma del alquiler no se efectúa ningún pago por parte del arrendatario.
La Ley de Arrendamiento Urbanos menciona que el subarrendamiento ya sea por alquiler vacacional o con cualquier objetivo distinto al acordado en el contrato de arrendamiento, debe ser explícitamente aceptado por el propietario del inmueble y además “el inmueble arrendado solo se puede arrendar de manera parcial”, por lo que es posible subarrendar habitación si el propietario lo autoriza.
Un subarrendamiento para alquileres vacaciones es ilegal cuando se subarrienda el inmueble completo a terceras personas ya sea por días, semanas o meses sin el consentimiento del propietario.
El propietario de un inmueble puede necesitar los servicios de un detective privado cuando tiene sospechas de que su inmueble está siendo subarrendado para alquileres vacaciones o con fines distintos al de vivienda habitual sin su consentimiento. La labor del detective será fundamental para demostrar esta ilegalidad, ya que recordemos que es el único profesional legalmente habilitado para realizar este tipo de investigaciones.
