En mayo de 2018 un Juzgado de lo Social declaraba la procedencia de un despido por transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza. La prueba principal aportada por la empresa fue un informe de investigación privada que, ratificado por su autor, acreditaba:
Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Desde hace muchos años la Investigación Privada es el medio casi exclusivo por el que una empresa puede descubrir y acreditar en juicio casos como el expuesto.
Lo que sí es destacable es que la sentencia ilustra el aumento de estos casos desde hace 2 años, después del “parón” que supuso la larga crisis iniciada en 2008. En ocasiones son casos sencillos como el anterior. En otras ocasiones incluyen la connivencia de proveedores y casi siempre el robo de información técnica y comercial.
¿Qué hacer para prevenirlo? Entre otras medidas, investigar cualquier situación atípica o sospecha verosímil. A veces para descubrir y probar, como en la sentencia del comienzo. Otras sencillamente para descartar deslealtades y dormir tranquilo. ¿Cree que invertir en esta prevención no está justificado? Eso es que no ha conocido aún el coste del fraude y de la competencia desleal.